jueves, 27 de agosto de 2009

Con amor y absurdidad

Puedo escribirte una canción cruel, sin rima, con todas las pausas picándote en el albero, con todos los sonidos atendiendo a mis duras explicaciones de por qué, o por qué no, te mereces una traición del calibre de mis desprecios.

Ahora acércate a la boca del cañón, después de todo, ahora es la carne la que enciende la mecha. Búscame en tus sueños, donde te devoro las entrañas y amanezco sin voz de gritar tu nombre como jerónimos de acantilado, nombre de guerra que acaba en mis pies. Balbuceos en esta mitología que nos exige ser dios y muerto, Sísifo y piedra rodando acantilado abajo.

No puedo ni desearte que hagas el amor con la nada, porque hasta en un onanismo infantil me encontrarás, encarnando la nada como acaban todas las cosas en mis conclusiones.

Olvida el tiempo en que la pasión era el estado de tu voluntad. Engorda engullendo una despedida más, en la que los besos se dan del revés y nuestras bocas no se encuentran. Porque ya se desconocen.

Quisiera que fuera así, y no un beso tan cotidiano que parece alargarse hasta el día siguiente. Y que en nuestras discusiones no hubiera una carcajada entre el humo de tu boca y la mueca de mis llantos fingidos. Sería más fácil una violencia de tirar el teléfono contra la pared y todos aquellos tópicos que nunca llegaron a nuestras conversaciones.

Esa es la razón por la que me voy, nos hemos memorizado demasiado. Aunque pasen cien años y nos volvamos a ver parecerá una mañana de domingo, una resaca más. Te quiero así, intacto, llorando entre esas carcajadas que tatúan la expresión y sus arrugas en tu cara, quiero que la única mueca que aparezca en tus labios sea en un intento de inventar un beso nuevo. Sin decadencia ni espaldas enfrentadas en la nocturnidad de dos amantes que se han cansado. Sin eso, amor.

Sé que esta no es una salida Nacho, Te quiero,

con amor y absurdidad

C.



Entrañables ¿verdad?


- A ver Christina ¿a dónde nos conduce todo esto?
- Yo que sé Nacho, cada vez que creo que sé a donde voy acabo en un sitio distinto, el destino es el único accidente posible.
- No sé Christina, yo, yo estoy de acuerdo contigo en teoría, pero en teoría funciona incluso el comunismo, en teoría.




En la práctica las cosas nunca salen como uno querría.


F I N (la la la la la la laaaaa)



Verdaderamente entrañable y maldito

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