lunes, 31 de agosto de 2009

Te amo...Yo tampoco.

J, mi querida puta triste:

Hace ya dos meses que encontré tu carta. La casa grita los días, y o yo me hago más pequeño, y se me hace más grande, o tú vienes mientras duermo para recoger tus cosas. Perdona que no me levante, pero me he vuelto un hombre de provecho, y he dejado la vida.
¿Ves? Al final no fue el amor lo que me hizo un romántico, ha sido la tragedia la que me ha hecho un héroe de novela que llora la pérdida de lo que fue. Ya cuando nos pienso, las imágenes son de cinta de amor casero, y cuentan las perlas que escupías en mi oído cuando hacíamos el amor.
Sólo puedo pensar que todo cuanto he hecho y deshecho en los años que he vivido, me ha llevado a ti. Inexplicable y dolorosamente a ti. Y ahora, tú me has dejado varado cómo cuando éramos dos y no sólo uno, cómo cuando todo esto empezó y yo vivía nadando en copas de bourbon y océanos de humo.





Que nos rajen la espalda al pasar,
que nos siga la prensa



¿Qué has hecho con aquel cuaderno tuyo? Ese que guardabas en la mesita, por si acaso, a medianoche, despertabas en mitad de una pesadilla, y te salía una canción. Yo anoche te soñé dos veces, y digo dos, porque dentro del sueño, había otro sueño, mucho más oscuro. Como si tan corrompido estuviera, que no bastara con soñarlo y esconderlo para uno mismo, sino que, el mismo sueño se escondía en sí mismo, para que al despertar dos veces, pudiera olvidarlo, y no pecase más.
He hecho un inventario de lo que es tuyo, lo que fue nuestro, y lo que a mí me queda, y he pensando que te dejo las paredes de este cuarto, amantes y admiradoras de las noches inéditas en el balcón de casa, fumando detrás de ti, al mismo tiempo que buscábamos un resquicio de viento en las noches tibias del verano de nuestro Paris solitario. Me quedo con la curvatura que se hacía entre tus vértebras y mi tripa cuando te abrazaba por detrás, sin soltar el cigarro, con el humo y los besos desde la espalda hasta el cuello.
La cama se ríe de mí. Lo noto. Me dice que echa de menos las sesiones golfas triangulares…
No hacía falta que gastaras tu más exquisito paladar para decirme que te ibas, con un beso en la frente, y la custodia compartida del gato, hubiera bastado.

S.

Ps: Lástima que nos pillaras follando en el sofá. Reconozco que debió de ser una panorámica de lo más desagradable.




J, por muy divertido y excitante que te parezca, deberíamos dejar de hacer esto. Cualquier día, los niños se van a encontrar las cartas…

No hay comentarios: