lunes, 3 de agosto de 2009

presentaciones

Odio las presentaciones, pero entre los míos eso no es un secreto. Asique ahórrame el trago. Creo que las personas deberían presentarse por sus actos y no con una mera descripción.

Dame un nombre y seré quien quieras que sea. Así funciona en realidad ¿no?, presentaciones, nombres, moldes. En cualquier momento puedes mentir sobre quién eres ¿quien no lo ha hecho alguna vez? Nombres, nombres, nombres. Inventa un nombre para mí. Yo inventaré otro para ti. Así tú no serás un punto más dentro de aquella masa que se acerca a devorarme en un paso de cebra, y yo seré los ojos que te hacen girar la cabeza en el metro, los que te hacen frenar y olvidar que pierdes el tren. Hay ojos que merecen ese momento, o al menos así lo pienso yo.


Aunque no han sido tus ojos lo que me han llevado a llamarte (por fin). No, de alguna forma pienso que la vida es una sucesión de ciclos que se abren y se cierran. Yo quiero cerrar un ciclo que han abierto y trazado otros, por eso quiero darte un nombre. Es lo que hacemos todo el tiempo ¿no?. Amantes despechados que acaban haciendo el amor con el primer desconocido que encuentran, al que gritan un nombre que no es el suyo, cierran el ciclo. Padres que regalan a sus hijos - que curiosamente se llaman igual que ellos- juguetes que en realidad sólo les gustan a ellos, cierran el ciclo.


Yo quiero cerrar un ciclo contigo, tú puedes usarme para cerrar -o abrir- otro si quieres. ¿Cómo me llamarás? Puedes inventar un nombre lleno de consonantes, casi impronunciable, o llamarme como a tu primer amor, para hacer todo lo que no pudiste hacer con ella...

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[su mensaje es demasiado largo, por favor dicte su mensaje después de la señal...]

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