domingo, 23 de agosto de 2009

¿Es que no sabes que los secretos se cuentan así?


Sé que es tu turno, pero no creo que deba ser así, no creo que este sea un espacio que atienda a reglas, es más nosotros nunca hemos atendido a reglas, y si entre nosotros existe alguna, son reglas silenciosas que se han ido diseñando después de las acciones cuando ya era demasiado tarde para romperlas. El juego es más divertido si las reglas suceden sobre la marcha. Me gustan las reglas silenciosas, por eso escribí ese cuento de los sonámbulos. Porque en realidad no son reglas sólo estructuras de las que dotamos a las cosas que sucenden, porque si no* el caos me satura, como cuando quise ordenar tus chuletas de ¿historia, filosofía, geografía?... era la época del chándal. Puede que las estructuras no sean siempre buenas, si crees que en este caso no lo son volvemos al modelo de "a tocas" como diría mi santa almodovariana madre (sí, desde la cocina, y sí, huele a tomate).



Todo ha surgido por el videoclip de la nueva canción de Mika We are golden. Hasta el momento sólo había una canción en inglés que a pesar de ser perfectamente bailable me hacía llorar, en otro momento te diré cuál es (para más inri hay como 589 versiones, y ya sabes mi problema con las versiones) pero desde hoy creo que We are golden pasa a ser la siguiente en la lista. Además le tengo mucho cariño a este hombre (aunque sea una niña como mi querido hijo..., creo que lo voy a adoptar para que Axel tenga alguien con quien jugar, ya que tú no quieres adoptar a nadie para que juegue con mi hijito querido).


Era de estas veces en las que el mundo te supera, y mi tono de voz desciende a las profundidades de los susurros de Santi Balmes, entonces él me dijo: ¿por qué me hablas así que no te oigo? y acercándo su boca a mi oreja me susurró: ¿es que no sabes que los secretos se cuentan así? Y entonces ocurrió, que después de la sonrisa esa frase no ha abandonado mi cabeza ni un momento. Y es que abro mis manos y voy depositando cada estupidez (porque son estupideces) que me hace sonreir y pienso que si todo eso lo tengo dentro, lo tenemos dentro, estamos hechos de oro. Recordar el sonido de darle la vuelta a un cassete, ver a alguien (a quien sea) comerse una patata asada a cucharadas enormes como si llevara cien años sin comer, la piel de gallina después del susurro del secreto, el pelo, el viento y la ventanilla del coche, una muchedumbre cantando pero sin instrumentos, el segundo que hay antes de que los actores se besen y mi estómago en la garganta, la vida contemplativa, las aceitunas, una máscara de feria, las pajitas enrolladas de nesquik...


Me dan pena aquellos que se quedan fuera de la atmósfera de todas estas cosas de la vida, los preocupados por los números, echar el polvo del sábado, o menospreciar cualquier cosa que no roce tierra firme.

Con respecto a la última foto: Sigo tan voyeur como siempre.


Lo dicho: We are not what you think we are [we are golden]

*por tu culpa he dudado de si escribirlo junto o separado




1 comentario:

Firesmile dijo...

Dios, adoro tu entrada. No se por qué se me ha ido llenando el pecho de burbujas y ahora las tendré que explotar o me sentiré inquieta toda la tarde.

Es genial como escribes :)